Month: enero 2011

Detrás de bambalinas

Hace poco asistí a una reunión en homenaje a una artista musical talentosa, que en vida había tocado el alma de muchas personas. El tributo a esta mujer creyente incluía videos y grabaciones, fotos, instrumentistas y oradores. Cuando todos se fueron de la iglesia, me detuve para agradecerles a los técnicos cuya labor impecable en el panel de control había contribuido tan eficazmente para llevar a cabo este conmovedor homenaje. «Nadie notó lo que hicieron», les dije. «Eso es lo que queremos», respondieron.

¿Por qué no ahora?

Tengo un amigo querido que sirvió como misionero en Surinam durante muchos años, pero, en los últimos tiempos de su estancia allí, contrajo una enfermedad que lo dejó con una parálisis. A veces, se preguntaba por qué Dios permitía que siguiera viviendo. Anhelaba partir para estar con el Señor.

Llamado de

Una de las personas más inteligentes que conozco es un amigo de la escuela que aceptó a Cristo como Salvador mientras estudiaba en una universidad estatal. Se graduó con honores y fue a estudiar a un famoso seminario. Trabajó como pastor en una pequeña iglesia durante varios años y después respondió al llamado de servir en otra iglesia, lejos de la familia y los amigos. Después de doce años en ese lugar, sintió que la congregación necesitaba renovar el liderazgo y, entonces, se fue. No le habían ofrecido trabajo en otra iglesia más grande ni un cargo para enseñar en ninguna escuela ni seminario. En realidad, ni siquiera tenía otro trabajo. Simplemente, sabía que Dios lo estaba guiando en otra dirección, así que, obedeció.

Ojo siempre abierto

A mediados del siglo xix, el detective Allan Pinkerton se hizo famoso por descubrir una serie de robos a trenes y por frustrar un complot para asesinar a Abraham Lincoln mientras viajaba para asumir la presidencia de los Estados Unidos. La Agencia Nacional de Detectives Pinkerton no solo se destacó por ser una de las primeras en ese país, sino aún más por su logotipo, que mostraba un ojo bien abierto, con la frase: «Nunca dormimos».

Una conciencia limpia

Después que Ffyona Campbell se hizo famosa por ser la primera mujer en dar la vuelta al mundo caminando, la alegría le duró poco. A pesar de los elogios que recibió, algo la angustiaba. El sentimiento de culpa la abatía y la condujo al borde de una crisis nerviosa.

Realmente asombroso

Leí estas palabras en la página web personal de una joven: «Solo quiero ser amada… ¡y él tiene que ser extraordinario!».

Tomar cartas

En 1992, el huracán Andrés dañó terriblemente la casa de Norena en el sur de Florida, en los Estados Unidos. Entonces, le pagaron un seguro y comenzaron la tarea de reparación. Sin embargo, cuando se terminó el dinero, los constructores se fueron y dejaron una casa incompleta y sin electricidad. Durante 15 años, Norena se las arregló con una pequeña refrigeradora y unas pocas lámparas conectadas con extensiones de cables. Lo sorprendente era que los vecinos parecían no darse cuenta del problema. Al tiempo, el alcalde se enteró y decidió tomar cartas en el asunto: contactó un electricista que, a las pocas horas, le devolvió la electricidad a la casa.

León de Judá

Los leones que se paseaban por la reserva de animales Masai Mara, en Kenia, parecían inofensivos. Se revolcaban sobre pequeños arbustos; se refregaban la cara contra las ramas como si estuvieran tratando de peinar sus magníficas melenas; bebían tranquilamente de un arroyo; caminaban sin prisa por el terreno seco y lleno de matorrales como si tuvieran todo el tiempo del mundo. El único momento en que les vi los dientes fue cuando uno de ellos bostezó.

Amante de Dios

En una breve biografía de San Francisco de Asís, G. K. Chesterton comienza echando una mirada al corazón de este hombre singular y compasivo, que nació en el siglo xii. Escribe: «Como San Francisco no amaba a la humanidad, sino a los hombres, asimismo no amaba el cristianismo, sino a Cristo. […]. El lector no puede ni siquiera comenzar a percibir el sentido de una historia que probablemente a él le hubiera resultado sumamente salvaje hasta comprender que, para este gran místico, su religión no era cuestión de una simple teoría, sino algo parecido a un amorío».

Fe triunfadora

Lo que más inutiliza a los nuevos empleados en un trabajo es la crítica de los más antiguos. Los buenos gerentes de personal saben cómo cuidar a los recientemente incorporados y los rodean de instructores dispuestos a protegerlos de ataques innecesarios.